En mi trabajo es fundamental el concepto de incomunicación entendido desde dos puntos de vista o perspectivas. Por un lado, podríamos hablar de la incomunicación individual, es decir, la incapacidad del ser humano de expresar, a través de las palabras, sus sentimientos más profundos, lo que denominamos inefable. Y, por otro lado, una incomunicación, podríamos decir colectiva y relacionada con las máscaras sociales, que se produce tanto en nuestras relaciones interpersonales como en la relación con nuestro entorno, y que surge como consecuencia del uso que habitualmente hacemos del lenguaje.